Es fundamental recurrir a la utilización de cremas hidratantes en horas de la mañana para salvaguardar la humedad propia de la piel, así mismo esto sirve para resguardar el cutis de los agentes nocivos del ambiente.
Sin importar el tipo de producto de hidratación, lo más esencial es saber elegir una que se adecue a los requerimientos de humedad de tu piel, que no sea excesivamente graso y que contenga el nivel de PH indicado y conforme para tu tipo de piel.
Antes de elegir, tienes que determinar cuál es tu tipo de piel, seca, sensible, grasa, mixta o normal.
· La piel seca posee los poros cerrados y una apariencia mate.
· La piel sensible, es delicada, tenuemente seca que se irrita con facilidad y proclive a reacciones alérgicas.
· La piel grasa contrariamente, muestra un aspecto brillante y tiene los poros abiertos.
· La piel mixta tiene zonas grasas como la nariz y la barbilla, combinadas con regiones más secas.
· La piel normal tiene una textura suave, no tiene espinillas ni poros abiertos.
No se aconseja utilizar una crema rica en grasas en una piel grasa, ya que ésta no haría más que inducir más secresión de sebo al no permitir transpirar la piel. En cambio, a una piel seca le ayudan las cremas grasas porque crean una capa sobre la piel que impide que se vaporice la humedad.
Las cremas que poseen gran contenido en agua, suelen extenderse muy bien por la piel pero no protegen adecuadamente a las pieles secas, sólo son recomendables para las pieles grasas y mixtas, ya que éstas poseen la necesaria capa de grasa para evitar que se escape el agua por sus poros.
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